PREGUNTAS FRECUENTES SOBRE AISLAMIENTO TERMICO REFLEXIVO Y AISLAMIENTO ACÚSTICO
Información esencial y básica sobre nuestras soluciones Térmicas, Reflexivas y Acústicas.
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Preguntas frecuentes
Existen tres formas de trasmisión del calor:
RADIACIÓN, de una superficie caliente a una más fría a través del espacio de aire entre ellos y sin calentar este espacio.
CONDUCCIÓN, a través del contacto entre materiales sean estos sólidos o líquidos.
CONVECCIÓN, la cual se realiza a través del movimiento de aire caliente.
Un aislamiento reflexivo es un tipo de aislamiento térmico que utiliza una superficie reflectante para reducir la transferencia de calor por radiación. Consiste en una capa de material reflectante, como una lámina de aluminio, que se coloca en una estructura para reflejar la energía térmica radiante. A menudo se utiliza en combinación con otros tipos de aislamiento para mejorar aún más la eficiencia energética de un edificio o estructura. El aislamiento reflexivo es comúnmente utilizado en techos y paredes de edificios residenciales y comerciales, así como en vehículos recreativos y otros espacios habitables.
Posiblemente, el mejor aislamiento térmico contra el frío y el calor sea el aislante reflectivo multicapa, que se lleva empleando desde hace más de 40 años en Europa y Norteamérica. Fue desarrollado por la NASA para naves espaciales y satélites. Por ejemplo, los parasoles de los coches y las mantas de supervivencia, son aislamientos reflectivos.
El aislante reflectivo multicapa está compuesto por una lámina de aluminio al exterior por ambas caras y por láminas de espuma, guata o lana de oveja en su interior separadas por más láminas de aluminio. Su espesor suele oscilar entre 0,7 cm y 2,5 cm, y para su puesta en obra hay que crear una cámara de aire de 2 cm a ambos lados del aislante, que se hace pegando un rastrel al ladrillo exterior de la fachada, se clava el aislante reflectivo, y hacia el interior de la vivienda se instala otro rastrel que nos va a servir como guía para un tabique o una placa de cartón-yeso.
La duración del aislante térmico de aluminio multicapas depende de varios factores, como la calidad del material, la instalación adecuada y el uso y mantenimiento adecuados.
En general, un aislante térmico de aluminio multicapas de alta calidad y bien instalado puede durar más de 20 años. Sin embargo, si el material es de baja calidad o se instala incorrectamente, su duración puede ser mucho menor.
Es importante tener en cuenta que la eficacia del aislante térmico también puede disminuir con el tiempo debido a la acumulación de polvo y suciedad en su superficie, lo que reduce su capacidad de reflejar el calor. Por lo tanto, es recomendable realizar un mantenimiento regular para garantizar su buen funcionamiento y prolongar su duración.
Un aislante térmico multicapas es un material aislante que se compone de varias capas de materiales diferentes diseñados para proporcionar una alta resistencia al flujo de calor. Estos materiales suelen incluir láminas de aluminio, polímeros, espumas y otros materiales con propiedades aislantes. La clave de la eficacia de un aislante térmico multicapas radica en su capacidad para reflejar la radiación térmica y reducir la transferencia de calor por conducción y convección. La capa de aluminio en particular es muy efectiva para reflejar la radiación térmica, lo que ayuda a reducir la cantidad de calor que entra o sale del espacio aislado. Los aislantes térmicos multicapas son comúnmente utilizados en techos, paredes, pisos y otras estructuras para mejorar la eficiencia energética y reducir el consumo de energía. Debido a su diseño, son muy efectivos para proporcionar una barrera contra el calor y el frío, lo que los hace ideales para su uso en climas extremos.
Una barrera radiante es un tipo de aislamiento térmico utilizado en edificios y otras estructuras para reducir la transferencia de calor por radiación. Consiste en una capa de material reflectante que se coloca entre dos capas de aire o aislamiento. La superficie reflectante refleja la energía térmica radiante de una superficie caliente, reduciendo la cantidad de calor que se transfiere a través de la barrera y manteniendo un ambiente más fresco en el espacio habitable. Las barreras radiantes son comúnmente utilizadas en techos y paredes de edificios para mejorar la eficiencia energética y reducir los costos de climatización.
La emitancia es una medida de la capacidad de una superficie para emitir energía térmica radiante en forma de calor. Es una propiedad de las superficies que indica cuánta energía térmica radiante pueden emitir en relación a una superficie negra ideal que emite la máxima cantidad de energía. La emitancia se expresa como un valor entre 0 y 1, donde un valor más alto indica que la superficie puede emitir más energía térmica radiante. Las superficies con una emitancia más baja reflejan más energía térmica y son útiles en aplicaciones de aislamiento para reducir la transferencia de calor por radiación. La emitancia es importante en el diseño y selección de materiales para aplicaciones de aislamiento térmico.
La reflectancia es una medida de la capacidad de una superficie para reflejar la energía radiante incidente. Es una propiedad de las superficies que indica cuánta energía radiante reflejan en relación a la cantidad que incide en ellas. La reflectancia se expresa como un valor entre 0 y 1, donde un valor más alto indica que la superficie refleja más energía radiante. Las superficies con una reflectancia más alta son útiles en aplicaciones de aislamiento térmico para reducir la absorción de calor y mantener un ambiente más fresco en el espacio habitable. La reflectancia es importante en el diseño y selección de materiales para aplicaciones de aislamiento térmico en techos, paredes y otros elementos de construcción.
El calor radiante es una forma de transferencia de calor que ocurre cuando los objetos
emiten radiación electromagnética, generalmente en forma de luz infrarroja, que es absorbida por otros objetos cercanos, aumentando su temperatura. Este proceso no requiere de un medio material para propagarse, por lo que el calor radiante puede viajar a través del vacío. Un ejemplo común de calor radiante es el calor que se siente al estar cerca de una estufa o una hoguera.
La transferencia de calor en edificios es importante fundamentalmente por dos razones:
Primeramente, porque cada tipo de transferencia de calor ocurre en muy diferentes proporciones. La radiación ocupa hasta el 75% del total de la transferencia de calor de un edificio, las otras dos, conducción y convección, ocupan el 25% restante. Segundo, diferentes tipos de aislamiento, protegen de forma diferente contra diferentes tipos de transferencia de calor, por tanto, para detener el flujo de calor radiante así como la transferencia
de calor conductiva; que son los más importantes, se requiere de la alta calidad reflectiva del aluminio que pose el aislamiento reflectivo POLYNUM y de su estructura de burbujas de aire quieto, que de forma conjunta garantizan un altísimo rendimiento y lo definen como el mejor aislamiento reflectivo conocido en el país.
El valor R es uno de ellos.
Este es usado para medir la efectividad de un aislamiento de masa convencional, como la fibra de vidrio, materiales espumados u otros. El índice de reflectividad y emisividad son otros término (son complementarios entre sí), y son usados para medir la efectividad de un aislamiento reflectivo. Un valor reflectivo alto ayuda a bloquear más calor radiante y un bajo índice de emisividad determinará la poca o mucha capacidad de un material de transmitir el calor absorbido.
Cuando se habla de aislamiento, los términos o valores que suelen usarse incluyen:
Resistencia térmica (R): es una medida de la capacidad de un material o sistema de aislamiento para resistir el flujo de calor. Se expresa en unidades de metros cuadrados por Kelvin por vatio (m²·K/W) y representa la relación entre el espesor del material y su conductividad térmica.
Valor U: es la medida de la cantidad de calor que fluye a través de un material o sistema de aislamiento. Se expresa en unidades de vatios por metro cuadrado por Kelvin (W/m²·K) y se utiliza para calcular la tasa de transferencia de calor.
Coeficiente de conductividad térmica (k): es una medida de la capacidad de un material para conducir el calor. Se expresa en unidades de vatios por metro por Kelvin (W/m·K) y representa la cantidad de calor que fluye a través de un metro cuadrado de material con un espesor de un metro cuando existe una diferencia de temperatura de un Kelvin entre las dos caras del material.
Espesor del material: es la distancia entre las dos caras del material y es un factor importante para determinar su capacidad de aislamiento. A mayor espesor, mayor resistencia térmica y menor tasa de transferencia de calor.
Densidad del material: es la masa de un material por unidad de volumen y puede afectar su capacidad de aislamiento. En general, los materiales más densos suelen ser más efectivos como aislantes térmicos, pero también pueden ser más costosos y difíciles de instalar.
Estos valores y factores se utilizan para evaluar la eficacia de los materiales o sistemas de aislamiento en la reducción del flujo de calor a través de paredes, techos y otros componentes del edificio.
Los aislamientos de masa tradicionales, son materiales que se ocupan de retener, únicamente la transferencia de calor conductivo (por ejemplo: el 25% del total del calor que ingresa a una edificación), evitando o resistiendo, su conducción de una cara de este material a la otra. Estos generalmente se evalúan en términos de la buena o mala resistencia que tienen para retener este traspaso de calor, lo que se conoce como “resistencia térmica”, a la que normalmente se le asigna un valor que se conoce como valor R.
A continuación se muestran los índice de resistividad térmica asociados a algunos materiales, todos ellos muy comunes en la construcción de edificaciones de nuestro país.
MATERIAL R ( in³ )
Dióxido de Carbono 8.85
Aire 5.52
Poliestireno Expandido 3.80
Fibra de Vidrio Estándar 3.20
Algodón 2.40
Asfalto 2.30
Tal y como lo indicamos antes, diferentes materiales poseen diferentes índices de emitancia y reflectancia, y la única forma de mejorar teóricamente sus resistencia térmica es aumentando su espesor significativamente, situación que será no solo poco práctica en algunos casos, sino también antieconómica en otros casos. En el siguiente cuadro se muestra los espesores necesarios de algunos materiales tradicionales, necesarios para lograr la equivalencia térmica de los materiales reflectivos, cuando estos aíslan la radiación solar:
MATERIAL / POLYNUM ESPESOR REQUERIDO / 1.80 mm
Panel de poliuretano 36.70 mm
Fibra de Vidrio 80.40 mm
Teja de Hormigón 708.30 mm
Fácil, el aislamiento reflectivo conocido como POLYNUM ®., porque su naturaleza constitutiva, a base de láminas de aluminio 99.9 % puro, le permiten un índice de reflexión del 97% contra el calor radiante, y además su estructura central a base de burbujas de aire quieto o atrapado, le confieren cualidades inmejorables como barrera ante la transferencia de calor conductiva.
El aislamiento reflectivo, en términos de transferencia conductiva, es efectivo siempre y cuando se instale con al menos 10 mms de aire entre el aislante y las superficies que lo rodean, situación que se logra fácilmente cuando este es colocado bajo cubiertas metálicas de techo de acero galvanizado del tipo ondulado o rectangular o similares, o como sistemas aislantes a través de otras metodologías constructivas, donde los valores térmicos variaran dependiendo del espacio de aire que exista en la zona en que viaja el flujo de calor.
Fácil, el aislamiento reflectivo conocido como POLYNUM ®., porque su naturaleza constitutiva, a base de láminas de aluminio 99.9 % puro, le permiten un índice de reflexión del 97% contra el calor radiante, y además su estructura central a base de burbujas de aire quieto o atrapado, le confieren cualidades inmejorables como barrera ante la transferencia de calor conductiva.
Sí,
POLYNUM no tiene que estar expuesto al sol, para reflejar el calor radiante, solo requiere el espacio de aire para ser verdaderamente efectivo. El calor radiante atraviesa los materiales de construcción, independientemente de su naturaleza, y este es reflejado al contacto con la superficie de aluminio de POLYNUM, atravesando nuevamente los materiales en la dirección contraria
Absolutamente.
El mismo principio que capacita a POLYNUM para mantener caliente el aire caliente, aplica también para mantener frío el aire frío. Los flujos de calor se desplazan de la zona más caliente a la zona menos caliente (o fría). En invierno impide los flujos de calor salgan de de la vivienda y en verano impide que los flujos de calor entren en la vivienda.
Absolutamente.
Pero eso no es todo, posee características constructivas que involucran tecnología de avanzada, y que le confieren certificaciones ISO 9001 y QS 9000, además de estar autorizado en su uso por el Código de Construcción de los Estados Unidos de Norteamérica. Por otro lado, es Clase M1 / Euroclase B S2 D0 en condiciones de fuego, no permite la anidación de plagas, ni la proliferación de hongos, moho o bacterias porque no contiene espumas, es químicamente inerte, no se compacta, no requiere mantenimiento, es resistente a la condensación y puede ser instalado como barrera de vapor, no se requiere de vestimentas ni de herramientas especiales para su manipulación y/o instalación, posee propiedades acústicas, es limpiable, ambientalmente seguro y garantizado por 10 años.
Claro que tiene otros usos, siempre dentro del mismo contexto, es el material ideal para usarse en cualquier aplicación donde controlar las condiciones atmosféricas críticas sea relevante, así como en situaciones no tradicionales y relacionadas con manejo de calor o frío, tales como: aislamiento de tuberías y conductos, puertas para garajes, casitas para mascotas, todo tipo de instalaciones donde permanezcan animales, tanques industriales, áticos, sótanos, silos de almacenamiento de granos y alimentos, bodegas, cavas, como piso de tiendas de campaña, como bolsa de dormir y muchas usos más.
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